domingo, 8 de agosto de 2010

INTELIGENCIA EMOCIONAL "IE"

Se sabe que ningún gran genio puede suplantar la fuerza de la unión de talentos de un equipo. Basta ver los ganadores más recientes de los Premios Nobel: todos los 25 últimos Premios Nobel de Física fueron otorgados a líderes de laboratorios, personas que supieron unir la fuerza intelectual con la capacidad de coordinar esfuerzos, estimular talentos de colaboradores, lidiar con vanidades y frustraciones y negociar recursos materiales para sus investigaciones. Estos genios percibieron que necesitaban desarrollar también su INTELIGENCIA EMOCIONAL. IE es el uso inteligente de las emociones: de forma intencional hacemos que nuestras emociones trabajen para nosotros, utilizándolas con el fin de que nos ayuden a guiar nuestro comportamiento y a pensar de qué manera pueden influir mejorando nuestros resultados. En esta era el progreso del trabajador no depende de cómo utilicemos nuestra capacidad intelectual, del conocimiento sino de cómo controlemos nuestras emociones para beneficio propio. La Inteligencia Emocional comprende y se desarrolla en cinco áreas fundamentales de habilidades: - AUTOCONOCIMIENTO EMOCIONAL - CONTROL EMOCIONAL - AUTOMOTIVACIÓN - RECONOCIMIENTO DE LAS EMOCIONES AJENAS - HABILIDAD PARA LAS RELACIONES INTERPERSONALES

sábado, 7 de agosto de 2010

Burn Out o Síndrome del "Quemado"

"Burn out" procede del inglés y se traduce en castellano por "estar quemado". Su definición reagrupaba diversas manifestaciones de tensión que se daban en personas "adictas al trabajo": "Sensación de fracaso y una existencia agotada o gastada que resulta de una sobrecarga por exigencias de energías, recursos personales y fuerza espiritual del trabajador". Según los estudios de Freudenberger este síndrome sería contagioso, ya que los trabajadores que lo padecen pueden afectar a los demás con su hastío, desesperación y cinismo, con lo que en un corto período de tiempo la organización, como entidad, puede caer en el desánimo generalizado. Otros autores como Savicki, Seidman y Zager formulan la posibilidad de que genere efectos epidémicos.